Existe una idea de que la generación Y o los millennials son más delicados o más dramáticos que las personas de otras generaciones, sin embargo esto tiene diferentes motivos, y hoy queremos hablar un poco al respecto con relación al trabajo.
Sí, hoy en día las personas lloran más, o al menos eso pareciera, pero es porque a día de hoy ya no queremos aguantar lo que nuestros papás y abuelos aguantaban, ya no estamos dispuestos a bajar la cabeza ante las injusticias, ni tampoco a hacernos los de la vista gorda cuando hay acoso, ahora, esa generación que llaman de cristal, no tiene miedo a explotar en pedazos si es necesario.
Es importante recordar que trabajando en un área como la publicidad el tema del estrés puede ser aún mayor, y la ansiedad puede presentarse por diferentes razones, desde bloqueos creativos hasta problemas con las relaciones laborales entre trabajadores y clientes. Todos estos aspectos se deben tener en cuenta al momento de tocar temas de salud mental en este tipo de trabajos, no se trata solo de aceptar que podemos ser más ansiosos o más depresivos, sino más bien de encontrar alternativas que puedan ayudarnos a controlar nuestras emociones y a gestionarlas de manera que no afecten nuestra vida ni laboral ni personal.
Por eso te presentamos algunos tips para el manejo del estrés en esta generación sensible:
Establecer metas razonables (sin dejar de soñar)
Poner límites te ayuda a ser realista, por ende, fijar una meta realista te permitirá medir de manera adecuada tus expectativas en los proyectos que hagas. Aquí nos ponemos metas grandes porque confiamos en nosotros mismos, porque atrevernos a soñar es algo que nos caracteriza, sin embargo a medida que avanzamos en un proyecto también revisamos nuestras metas propuestas para saber si el proceso va como esperábamos o si debemos ajustarnos.
Toma descansos (todos los necesitamos de vez en cuando)
No debemos olvidar que aunque seamos muy buenos en algo, no somos máquinas. Debemos tener momentos de dispersión donde nuestra mente y nuestro cuerpo sientan tranquilidad, aunque suene difícil de lograr. No se trata de dejar el trabajo tirado, o de no sacar el concepto que tiene que salir con tanta urgencia, sino de respirar, parar un momento, recordar que somos humanos y que necesitamos tomar una pausa de vez en cuando.
Estos dos consejos probablemente no son la solución a todos los problemas, ni tampoco van a resolver siempre tus bloqueos o tus momentos de ansiedad, pero al menos son dos opciones que podrás recordar cuando sientas que el mundo se viene abajo y cuando te digan “es que esa generación es muy sensible”.